historia del comienzo del cine

mi encuentro conmigo segunda parte

mi encuentro conmigo

jueves, 13 de mayo de 2010

secuencia didáctica

En esta película podemos darnos cuenta de la gran importancia que deja esta película en la educación hacia padres y hacia toda la familia, la impresión que deja el cine sobre la gente.
El chico que todos llevamos dentro
El duro Bruce Willis personifica a un asesor de imagen de muy buen vivir pero grosero, egocéntrico, misógino y antipático; todo lo desagradable que puede ser una persona lo tiene la personalidad de Russ. La confusión que surge al pensar en lo poco probable que exista un asesor de imagen con esas características es un asunto sin importancia.
Russ, a punto de cumplir los cuarenta años, etapa en la que todo hombre se replantea ciertas cuestiones existenciales, según la psicología doméstica, se encuentra cara a cara con un chico regordete que le cambiará la vida. Hollywood todo lo puede.
Al convivir con el pequeño, Russ se dará cuenta que el visitante es nada más y nada menos que él mismo cuando tenía ocho años. Aquello de "viaje en el tiempo" o "el chico que todos llevamos dentro" son todavía ideas atractivas para desarrollar. En cierta forma, es la vieja idea de la conciencia molesta que viene a enderezar el camino pero contada desde una mirada más actual y propia.
Rusty, es un espejo que le devuelve la imagen exacta de sí mismo, cuando los traumas, tics, y manías empiezan a manifiestarse y cuando no hay barreras para cambiar el modo de ser. Lo más interesante es que de pequeño Russ era distinto a como él creía que era. La gordura, entre otras cosas, no lo había marcado tanto como él pensaba como para dedicarse de grande a corregir la imagen de otros. Russ se reencuentra con el lado positivo de la vida, el del amor, ese es el mensaje.
El juego seduce de entrada, sobretodo cuando nos ponemos en el caso de darles explicaciones a alguien tan parecido a nosotros mismos, que nos conoce también y que curiosamente cuando crezca se convertirá en lo que somos actualmente. La claridad con la que Jon Turteltaub ("Fenómeno") cuenta la historia ayuda a que los chicos puedan ver la película sin problemas. Además, hay un sinnúmero de chistes inocentones adecuados a los más pequeños que transforma a la película en una comedia prácticamente perfecta para ver un día domingo por la tarde, en casa.

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